Han de golpear tu puerta
(1979)
Han de golpear tu puerta
recurrentes peregrinos.
Dales agua honda,
mana de sus pesares.
De tu cuerpo emergente
vapor de tus deseos.
Desnúdate para ellos,
la misma que no fueste.
Que yo, que aguardo
en tu umbral, no existo.
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